A longitudes y latitudes diferentes, con horarios distintos, pero con una misma expectativa. Y es que tanto en Lima (Perú), como en Washington (Estados Unidos) y más aun en Pusán (Corea del Sur) las autoridades y los funcionarios peruanos tienen la atención (y las esperanzas) puesta en los últimos pasos que falta dar para sacarle lustre definitivo a lo que sería un tratado de libre comercio (TLC) con el gigante norteamericano.Por lo pronto, en esta ciudad portuaria de Asia los presidentes Alejandro Toledo y George W. Bush hicieron un quiebre en la cumbre de líderes de APEC y volvieron a dialogar de manera informal sobre este asunto, tal como lo hicieran un par de semanas atrás hasta en tres ocasiones en Mar del Plata (Argentina). En esta ocasión también asistió la secretaria de Estado, Condoleezza Rice.Según refirió Toledo a los periodistas, "hay que tener cautela, mucha cautela" en este tramo de las conversaciones.Moderadamente optimista contó que Bush dio instrucciones a uno de sus asesores para que este a su vez se comunicara con los negociadores estadounidenses en Washington a fin de que "flexibilicen las negociaciones" en algunos de los puntos pendientes.Como se sabe, allá están varios ministros peruanos inmersos en esta tarea de afinamiento del TLC.Está claro, entonces, que para Toledo el ingrediente político es ahora el factor movilizador que podría darle la dinámica exitosa al diálogo económico y técnico.