Desde el año 2006 el Estado promueve la creación de hidroeléctricas en la Amazonía con el fin de cubrir la demanda de energía de los proyectos extractivos; sin embargo, la falta de planificación y descoordinación al entregar las concesiones que superponían áreas de conservación provocaron la paralización de diversos proyectos, así lo afirmó el director de Políticas de DAR, César Gamboa. Según lo estima Gamboa, para el 2020 vamos a requerir más de 10 mil megawatts de consumo de energía aproximadamente, pero existen diversos proyectos para la generación de energía que han sido paralizados por los puntos ya expuestos. El impacto ambiental del proyecto Inambari, ahora postergado, es uno de ellos. Alrededor de 37 mil hectáreas de bosque serían deforestados para construir la represa y hay estudios que indican que 8 mil personas serían desplazadas por el represamiento. ‘’Este tipo de hidroeléctricas se forma a través de la construcción de un muro que contiene al río. Al momento de represar las aguas de un río se inundan, irreversiblemente, los ecosistemas aledaños, miles de hectáreas’’, señaló Gamboa.