MINERÍA:¿MEJORA OBJETIVA, PERO MALESTAR SUBJETIVO?
11 de julio de 2012

Un tema que sale siempre a colación en el país es si la minería realmente logra mejorar el bienestar de los hogares, ya sea a través de canales directos, vía la contratación de mano de obra local, el desarrollo de pequeños proyectos en las localidades, la contratación de servicios locales, etc., o a través de canales indirectos, vía, principalmente, de los mayores ingresos fiscales de los gobiernos locales. Más allá de las cifras macroeconómicas, ¿cuánta evidencia formal hay de que este efecto es realmente positivo? Recientemente, Macroconsult presentó un estudio (1) en el que encuentra que el impacto de la minería sobre diversos indicadores de bienestar es positivo. En general, los hogares de distritos mineros tendrían mayores ingresos, menores tasas de pobreza y mayor acceso a servicios que sus pares de distritos no mineros. Es decir, gozarían de mayores niveles de bienestar. Hasta aquí, todo conocido. Sin embargo, ello no se habría materializado en una mejora de la percepción de bienestar. Así, los jefes de hogar que viven en zonas con minería se sentirían tan pobres como aquellos que viven en zonas sin explotación minera pese a que objetivamente no lo son. Igualmente, la proporción de gente que afirma vivir bien no es diferente entre ambos grupos. Es decir, si bien, en promedio, habría impactos objetivos, no habría impactos a nivel subjetivo. La explicación estaría en la naturaleza distributiva de los impactos, y en particular en su carácter regresivo. Según el estudio, estos se concentran principalmente entre los hogares urbanos, con jefes de hogar más educados y, principalmente, menos pobres. Entre los grupos más pobres y vulnerables los impactos son bastante menores o aún nulos. Visto de este modo, tal parece que los beneficios de la minería son aprovechados solo por quienes tienen más capacidad de hacerlo. Por ello, el estudio sugiere que cualquier esfuerzo del Gobierno y/o las propias empresas mineras debería focalizarse en las áreas más pobres de las zonas de influencia. Junto con ello debería enfatizarse la necesidad de mejorar las estrategias de relacionamiento con las poblaciones, tal vez comunicando permanentemente las mejoras que se generan o cambiando el modo en que se implementan los proyectos en las localidades, señala Yohnny Campana, analista económico de Macroconsult.

  • [Gestión,Pág. 20]
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