Hemos comenzado julio y el gobierno del presidente de la República, Ollanta Humala Tasso, se aproxima a cumplir el primer año de su gestión gubernamental con un balance positivo y proyecciones alentadoras para lo que resta del quinquenio.El 28 de julio de 2011, en su primer Mensaje a la Nación, el Jefe del Estado subrayó, de modo muy especial, su decisión de cumplir con la palabra empeñada ante el pueblo, es decir, impulsar una política económica abierta al mundo, basada en las inversiones y la disciplina macroeconómica, para crear riqueza y redistribuirla, buscando la inclusión de los más pobres, de los que siempre fueron marginados y olvidados. En materia económica y en el campo de la lucha contra la pobreza y las desigualdades, los resultados saltan a la vista e incluso han sido reiteradamente reconocidos por los gobiernos de los países altamente desarrollados, así como los foros comerciales y organismos financieros internacionales.En el transcurso de los últimos 11 meses, tres han sido los soportes principales de la emergente economía peruana que goza de confianza plena en los mercados globales. Por un lado, la macroeconomía se mantiene estable con una tasa promedio de crecimiento del PBI que se proyecta por encima del 6% para los próximos años.Esta fortaleza va acompañada por una tasa de inflación muy baja que tiende a ubicarse por debajo del 3% anual, es decir, dentro del rango meta fijado por el Banco Central de Reserva (BCR). El ente rector, además, acaba de reportar que las reservas internacionales netas (RIN) alcanzaron ya 57,139 millones de dólares, la cifra más alta en América Latina.El otro eje está constituido por la expansión constante de nuestras exportaciones tradicionales y no tradicionales, que se diversifican al amparo de los tratados de libre comercio (TLC). De acuerdo con los estimados oficiales, la inversión extranjera seguirá incrementándose en los meses siguientes, lo cual posibilitará impulsar más proyectos de gran envergadura como el Gasoducto Andino Sur, el polo petroquímico y obras de infraestructura.En el frente social, el Jefe del Estado ha cumplido con su promesa de elevar el salario mínimo vital, mejorar la calidad de vida y abrir mayores oportunidades para los sectores más necesitados con programas sociales como Pensión 65, Beca 18, Cuna Más y otros, que son impulsados en forma focalizada por el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social.Otro indicador de la buena gestión del Gobierno lo constituye el aumento de la capacidad de consumo de la población y el incremento de los índices de empleo digno en Lima y las principales ciudades del país.En lo que respecta a los conflictos sociales heredados de gobiernos anteriores, mayormente relacionados con la minería, el Gobierno ha hecho del diálogo la herramienta más eficaz para lograr consensos con la población, estableciendo una nueva relación con las actividades extractivas y dando prioridad al cuidado y protección del agua y al desarrollo integral de las zonas mineras.Espinar es un ejemplo, y también la actitud dialogante de las autoridades municipales de Cajamarca, donde los grupos radicales están quedando aislados.