El Estado Peruano afronta uno de los retos más importantes de su historia reciente con la preparación de los expedientes que fundamentarán, ante las autoridades chilenas, el pedido de extradición de Fujimori.Es una tarea contra el tiempo y, como corresponde, en ella deberán primar criterios de eficiencia y solvencia jurídica para sustentar las denuncias que pesan sobre un personaje que ha sabido manipular su condición de ex presidente y las dificultades de la justicia peruana para reunir indicios sólidos que acrediten su responsabilidad en los graves delitos perpetrados durante su mandato.Evidencias de culpabilidad hay, pero como ha informado nuestro Diario, se requiere que sean bien fundamentadas, con base en pruebas cruzadas y testimonios que gocen de credibilidad, y precisando con exactitud si Fujimori fue coautor, autor indirecto, cómplice o encubridor de los cargos en su contra.Así lo exige el derecho y la opinión pública que, de acuerdo con las últimas encuestas de Apoyo difundidas ayer por El Comercio, no se ha dejado sorprender por la propaganda del fujimorismo. En efecto, si quiso asestar un golpe de efecto con su arribo sorpresivo a Chile, todo indica que Fujimori no logró persuadir a la mayoría de peruanos de su inocencia ni de sus supuestas buenas intenciones. Por el contrario, dos de cada tres encuestados lo consideran culpable de enriquecimiento ilícito y de violación de derechos humanos y, por lo tanto, saludan su detención en Santiago.Un 60% cree que no tiene derecho a postular a las elecciones del 2006. Y aunque es preocupante que pese a todo lo ocurrido todavía un 36% piensa que sí debe ser candidato, ha bajado el volumen de quienes simpatizan con los movimientos fujimoristas que podrían aspirar al Parlamento.Estas percepciones hablan de las expectativas de ciudadanos que solo exigen que la justicia no sea sorda ni ciega. Igual sucede en Chile. Allí una encuesta revela que ocho de cada diez chilenos creen que Fujimori debe ser extraditado, mientras que un 77% dice que se aprovechó la coyuntura en las relaciones peruano-chilenas.Esas encuestas señalan que para el 80% de los chilenos, Fujimori es un problema de los peruanos, no de Chile. Ojalá así lo entiendan también las autoridades judiciales de ambos países, para impedir que la impunidad vuelva a ganar.