ALIANZA DEL PACÍFICO, UN PASO HACIA DELANTE
7 de junio de 2012

INTEGRACIÓN. La suscripción del Acta de la Alianza del Pacífico por los presidentes de los países integrantes (Chile, Colombia, México y Perú, a los que se suman como observadores Panamá y Costa Rica) ayudará a consolidar el proceso de integración entre ellos, tanto a nivel comercial y de inversiones, como en el campo energético y de infraestructura. Este proceso se concretó rápidamente (se inició en abril del 2011) en parte porque involucra a países que tienen políticas económicas y de comercio similares, cuentan con tratados de libre comercio (TLC) firmados (con EE.UU., China y la Unión Europea, entre otros). Ello contrasta con otros procesos como el de la Comunidad Andina de Naciones o del Mercosur en los que la formación de una zona de libre comercio se ha quedado estancada por décadas. Otro objetivo importante es impulsar más los flujos comerciales y de inversión entre los países del bloque y los de Asia Pacífico. Este nuevo bloque conforma un mercado de 215 millones de habitantes, su producción representa el 35% del PBI regional y su comercio, el 50% del comercio total de Latinoamérica.Una virtud de la Alianza del Pacífico es que sigue la tendencia del mercado mismo en lo que se refiere a la asociación de empresas en un mundo globalizado. Un antecedente importante fue el MILA (la integración de las bolsas de Chile, Colombia y Perú donde se negocia la incorporación de México), pero fueron las empresas las que se adelantaron al concretar operaciones que les permitieron articularse para operar y expandirse en su ámbito regional (por ejemplo, el Banco de Crédito conformó un banco de inversión regional al adquirir acciones de Correval de Colombia y IM Trust de Chile). Esta alianza se impulsó en el gobierno de García (abril del 2011) por lo que su suscripción por Ollanta Humala habla bien de la continuidad de la política económica y comercial en el Perú, clave para la atracción de inversiones. Y la asistencia de Humala a la firma del acuerdo es una buena señal de que el presidente seguirá la política económica fijada en la Hoja de Ruta, sobre todo ahora que los radicales arremeten contra las inversiones azuzando los conflictos sociales.

  • [Gestión,Pág. 18]
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