En los últimos tres años los volúmenes de producción de minerales refinados en nuestro país se han visto reducidos en más de 50%, tras la paralización del complejo metalúrgico de La Oroya, uno de los pocos complejos en el mundo con capacidad para procesar y transformar concentrados polimetálicos. Esta situación ha llevado, incluso, a la desaparición de plomo refinado. En el Perú, solo existen cuatro refinerías de minerales: Votorantim Cajamarquilla en Lima, dedicada principalmente al zinc; Southern Copper Corp en Ilo, para el procesamiento del cobre; Yanacocha en Cajamarca, destinada a la producción de barras de oro; y Doe Run Perú, en proceso de liquidación. Carlos Herrera Descalzi, ex ministro de Energía y Minas, explica que es beneficioso e importante contar con un proceso de refinación, pues este articula la minería con la cadena de industrialización y comercialización hacia el mercado local y hacia el exterior.