Mientras que la opinión pública ponderaba la semana pasada las consecuencias del No en el referéndum por la formación de macrorregiones, el escándalo de la artista narcotraficante Malú, la demarcación marítima con Chile, la extradición del ex presidente Fujimori, las manifestaciones contra el ALCA en la Cumbre Presidencial de Mar del Plata y los disturbios en Paris, un tema estructural para la viabilidad del país queda, una vez más, relegado: cómo formar más y mejor capital humano para que más peruanos podamos salir adelante. ¿Sabía que según un estudio preparado por Unicef para el CADE, el 2015 tendremos en el Perú la misma proporción de pobres que hoy, si mantenemos la tendencia de los últimos 30 años? ¿Que los más afectados por la pobreza son los niños? ¿Sabía que 42 mil mujeres mueren cada año por no acceder al parto atendido en un establecimiento de salud, 200 mil niños están desnutridos en el Perú hoy y más de 630 mil niñas en edad escolar no asisten a la escuela primaria? ¿Sabía que una política social con enfoque de infancia es la herramienta más eficaz para combatir la pobreza? Uno de cada dos peruanos es pobre y uno de cada cuatro vive en pobreza extrema. Ante esta realidad, existe un mandato impostergable para nuestra sociedad, que supone, a su vez, la responsabilidad indelegable del Estado de actuar con eficiencia y capacidad para mejorar los indicadores nacionales en educación, salud y nutrición. Ocurre, sin embargo, que los programas sociales vigentes no están siendo eficaces, y eso nos afecta e incumbe a todos. ¿Sabía que el Vaso de Leche solo llega a uno de cada tres beneficiarios que deberían recibirlo, más de 40% no accede al Seguro Integral de Salud y 80% de la población objetivo no accede a los Desayunos Escolares? No solo es un tema de escasa cobertura sino que, además, se despilfarra. Uno de cada cuatro beneficiarios actuales del Vaso de Leche no deberían estar recibiendo ese apoyo estatal por no calificar para ello. Algo parecido ocurre con el Seguro Integral de Salud y en el caso de los desayunos escolares se 'filtra' casi la mitad del programa.Claramente, no es un tema de recursos, porque el Gobierno acaba de demostrar, en el caso del programa de subsidios directos Juntos, que con voluntad política fondos hay. Es, entonces, un tema de efectividad y gestión de los programas sociales, que supone, como bien enseña Unicef, poner en práctica mecanismos efectivos de vigilancia para monitorear si los beneficiarios están alcanzando mejores condiciones de salud, nutrición y educación, además de mejorar el acceso y la calidad de estos servicios básicos. Nuestros niños no son solo el futuro, sino que son nuestro presente, y por lo tanto nuestra prioridad, señala Beatriz Boza.