LA RUTA DE FUJIMORI Y EL RIDÍCULO PAPEL DE LA INTERPOL
9 de noviembre de 2005

La sorpresiva aparición del prófugo más famoso de la justicia peruana en Chile ha dejado una duda muy grave respecto del sistema de justicia internacional: ¿Sirve realmente la Interpol?Vistos el fantasmal pase de Alberto Fujimori por México y cómo en Chile hizo falta una intervención diplomática peruana para que se le detuviera, la respuesta fluye clara y contundente: no. Y es que si la Interpol no puede detectar los movimientos migratorios de un ex presidente fugado de la justicia durante 5 años, ni detenerlo una vez que lo ubica en un lugar, es iluso pensar que pueda funcionar cuando se trate de prófugos menos importantes y conocidos. De que pueda funcionar, en otras palabras y por solo citar tres ejemplos, frente a un Eduardo Calmell, un Víctor Malca, o incluso frente a quienes como los Crousillat, protagonicen una arcaica fuga por la montaña, a caballo, y órdenes de captura aparte.De nada ayuda a estos efectos saber que en algunos casos la Interpol no funciona por las legislaciones internas que, boicoteando su razón de ser, le impiden detener prófugos sin procedimientos previos. Por culpa propia o ajena, el triste hecho es que el brazo de la justicia internacional es corto. Y claro que mientras lo siga siendo, las fronteras permanecen como la mejor garantía para que los delincuentes con los medios suficientes para cruzarlas a tiempo puedan reírse a salvo de las naciones a las que dañaron con sus crímenes.