Al igual que en Lima, la llegada del presidente Alberto Fujimori a esta ciudad fue el centro de la atención de la prensa de este país que, desde la madrugada de ayer, siguió paso a paso las indicencias de su permanencia.La televisión chilena mostró imágenes de un Fujimori avergonzado en el interior de un auto.Lo único cierto es que el prófugo de la justicia peruana había 'alborotado el gallinero' en Santiago, al punto de formar parte del debate electoral . El propio presidente Ricardo Lagos tuvo que aclarar la posición de su país de dejar el caso en manos del Poder Judicial, no sin antes expresar su preocupación por los efectos que podría tener este incidente en las relaciones bilaterales.Mientras tanto, numerosos manifestantes peruanos se apostaban en las fueras de la Escuela de Investigaciones a protestar por la permanencia del prófugo en estas tierras. En ese ambiente, y pasada la una de la tarde, hora de Santiago, llegó hasta ese lugar el secretario de la Corte Suprema, Carlos Meneses, para notificarle al ex jefe de Estado peruano los motivos de su detención y mostrarle las resoluciones que disponen su traslado a la Academia de Funcionarios Penitenciarios, ex Escuela de Gendarmería.A su salida, Meneses contó que Fujimori había recibido muy tranquilo la resolución acompañado por su abogado, Juan Carlos Osorio, quien ya tuvo en sus manos los casos de José Calmell del Solar y Daniel Borobio. Sin embargo, Fujimori aprovechó este trámite para solicitar su libertad condicional, entregando un escrito dirigido al juez Orlando Álvarez. Dicho magistrado deberá resolver en las próximas horas si le otorga este beneficio o si dispone su arresto domiciliario. Para ello, Fujimori debería fijar residencia en Chile y no podrá abandonar este país. El ex mandatario alega que no le corresponde permanecer detenido porque no se ha configurado el requisito de la urgencia, es decir, no hay razones para pensar que podría evadir la acción de la justicia.