RETOMANDO EL BUEN CAMINO. La liquidación en marcha de Doe Run Perú (DRP) abre la posibilidad de que el complejo metalúrgico de La Oroya vuelva a encender sus máquinas en el mediano plazo. Esta es la noticia alentadora de un proceso largo y complicado, cuyas lecciones deben tomarse en cuenta para evitar que el Estado peruano enfrente nuevos chantajes de alto vuelo. En primer lugar, la intransigencia de DRP y su casa matriz en Estados Unidos no sirvió para que las autoridades dieran su brazo a torcer, una práctica que hace unos cuantos lustros era vergonzosamente común. A cada justificación de la empresa por las largas que daba al cumplimiento de sus obligaciones ambientales, se respondía con sustentos técnicos y una posición firme. La manipulación que ejerció la empresa sobre los trabajadores tampoco surtió efecto y pese a las tomas de la Carretera Central, en este caso se optó por mantener la compostura y no ceder a las presiones. Hay que tener en cuenta que la paralización del complejo está generando un enorme problema social pues La Oroya sustenta su economía en él. Por ello, la tarea de informar a los trabajadores -y a la población en general– de que el Estado ha actuado en su defensa es fundamental.Al respecto, sería positivo que los ministros de Energía y Minas, de Salud y de la Mujer y Poblaciones Vulnerables se reúnan con los representantes de la ciudad y trabajen en un plan coordinado que permita hacer frente al periodo en que el complejo continuará inoperativo. Estos funcionarios ya han hecho saber que la minería les preocupa -estuvieron presentes en el rescate de los mineros informales en Ica-, pero en La Oroya su presencia demandará un esfuerzo mayor.Es seguro que el Estado tendrá que hacer frente a nuevos procesos legales, pero hay que asumir ese riesgo pues la salida tomada es la mejor: para el complejo, sus trabajadores, la ciudad y el medio ambiente. La situación en que se llevaban las operaciones era insostenible -no olvidemos que La Oroya figuraba entre las diez poblaciones más contaminadas del mundo-, de modo que si hay que empezar desde cero, habrá que hacerlo bien. La forma en que el Gobierno ha actuado en este caso, con firmeza y consistencia, debe replicarse en otros, como por ejemplo en Conga.