Todo indica que en las horas subsiguientes al cierre de esta edición, los nueve trabajadores atrapados en el socavón de una mina informal, en la región Ica, serán rescatados sanos y salvos. Así, lo que pudo ser una dolorosa tragedia, se convertirá en vida y esperanza para los rescatados, sus familiares y para todo el país.Este acontecimiento, sin embargo, nos deja a los peruanos lecciones muy claras y motivos de reflexión sobre el grado de inseguridad y vulnerabilidad en la que laboran técnicos y obreros de numerosas minas informales y de otro sector empresarial que ejerce esa actividad extractiva en situación de completa ilegalidad y que ahora ya se encuentra fuera de la ley.Si es que se puede hablar de aspectos positivos, en medio del terrible drama que les ha tocado vivir a los nueve mineros atrapados y de la angustia que agobia a sus familias, hay que destacar el sentimiento de solidaridad que este suceso ha despertado en el Perú.Desde que se conocieron las consecuencias del derrumbe producido en el citado asiento minero, el presidente de la República, Ollanta Humala Tasso, y el jefe del Gabinete, como los ministros de la Mujer, de Energía y Minas y de Salud, han estado en primera fila para supervigilar las acciones de rescate, teniendo en cuenta que por encima de todo valor está la vida humana, la seguridad e integridad de los peruanos.Con la celeridad del caso han sido movilizadas cuadrillas de rescate, equipos de comunicación y lo necesario para los trabajos de los brigadistas.Ejecutivos y personal técnico especializado de empresas mineras privadas no han escatimado esfuerzos para facilitar y apoyar el arduo operativo que llevó a construir un túnel de emergencia en busca del rescate de los mineros.Iguales muestras de solidaridad y responsabilidad social han dado el gobierno regional y otras entidades públicas y privadas iqueñas. En suma, una vez más comprobamos que la unión de todos los peruanos siempre nos hará más fuertes para enfrentar cualquier adversidad, por más grave que esta sea. Pero queda la advertencia sobre la urgencia de que los mineros informales actúen con responsabilidad e inicien de inmediato las gestiones orientadas a la legalización de sus actividades, con la debida elaboración y aprobación de sus respectivos estudios de impacto ambiental. Tal como lo establece la nueva legislación que norma la actividad minera extractiva, los pequeños y medianos mineros, así como la gran minería deben garantizar las condiciones de seguridad industrial y salubridad en la que se desempeñan los trabajadores mineros.Este drama también ha demostrado cuán oportunas y necesarias han sido las acciones del Gobierno para poner fin a la minería ilegal, actividad en la cual malos empresarios evaden impuestos, no pagan canon minero, contaminan el ambiente, envenenando los ríos, deteriorando los suelos y depredando los bosques. En tal sentido, las acciones emprendidas por el Gobierno para legalizar a los informales y detener y sancionar las actividades de los mineros ilegales deben ser respaldadas por los gobiernos regionales correspondientes y aun por los gobiernos locales. El Perú le dice sí a la minería responsable, con respeto al medioambiente y los derechos y seguridad de los trabajadores.