EN LA MIRA SOSPECHOSA FORTUNA DE CAPO DEL ORO DE HUEPETUHE
25 de marzo de 2012

El cusqueño Cecilio Baca Fernández llegó a Madre de Dios a inicios de los años 70. Entonces, con unos 45 años y casado con Gregoria Casas Huamanhuillca, tenía cuatro hijos (ocho tiene en total). Como todos los colonos que llegaban a Puerto Maldonado desde el vecina departamento de Cusco, la familia recorrió los senderos vírgenes del río Inambari para afincarse finalmente al noroeste de la civilización: en las riberas del Huepetuhe, que lustros después se convertiría en el centro de la fiebre del oro regional.Una vieja edición del diario "El Peruano" de fines de los 70 inmortalizó el arribo y las primeras peripecias del patriarca del clan en busca de tierras: "Don Cecilio Baca denunció 245 hectáreas de terreno conteniendo oro por explotar en la quebrada 9 de Septiembre (hoy distrito de Huepetuhe, Manu). El territorio superficial es boscoso y pertenece al Estado. Se desconoce por ahora la existencia de mineros colindantes". Así, en medio de la vegetación espesa y de trámites con las autoridades de entonces, el nativo de Quispicanchi obtuvo su primera concesión en Madre de Dios. La llamó Cecilio-Gregoria.Desde entonces Cecilio Baca se lanzó a la exploración y extracción ilegal de oro en cantidades incalculables, hasta convertirse en uno de los mayores depredadores de la selva. En las últimas décadas el clan cusqueño –que integran su esposa Gregoria Casas (69) y sus hijos Pedro (57), Yony (45), Marco (40), José Luis (38), Cecilio (34) y Maruja (32), entre otros– aumentó su fortuna vertiginosamente. Hoy son el grupo familiar dedicado a la minería ilegal más poderoso de Huepetuhe y quizá de todo Puerto Maldonado.Este clan, clasificado en el rubro de la pequeña minería ya que según su declaración oficial ante el Ministerio de Energía y Minas solo extrae decenas de kilos de oro al año, posee 7.500 hectáreas de terreno repartidas entre 17 concesiones en Huepetuhe. En los últimos meses El Comercio revisó el patrimonio de este discreto emporio familiar y constató operaciones bancarias que involucran fuertes sumas de dinero, compra en efectivo de inmuebles y maquinaria pesada y evidencias de la incursión en los negocios hotelero, de transporte, de grifos de venta de combustible y de compra de mineral aurífero en Cusco y Puerto Maldonado. (Edición domingo).

  • [El Comercio,Pág. A 4]
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