Alan García sostuvo que el principal factor que empuja a la población a expresar violentamente su descontento ante las inversiones mineras es la ausencia de una política agraria que eleve el nivel de vida de los pobladores del campo."Si hubiera una política agraria tendríamos un menor acoso de la población campesina a los centros mineros. Por eso es necesario aplicar políticas públicas de desarrollo del agro", señaló.