Tres meses atrás, se supo que Southern Peru Cooper Corporation se proponía reciclar las aguas de relaves para emplearlas en el proceso de extracción de cobre. El plan se conoció en el marco de una frustrada Audiencia Pública de Evaluación de Impacto Ambiental del proyecto de Ampliación de Toquepala. Fue una buena noticia, porque, de ser así, implicaba que la minera dejaba de lado el patrón tradicional de usar en su actividad productiva aguas dulces que deben ser destinadas prioritariamente al consumo humano y agrícola. El líquido elemento es dado en concesión por el Estado a las empresas privadas mediante licencias de uso. Southern posee unas nueve licencias. Fueron expedidas hace 50 y 35 años. Las primeras fueron otorgadas a fines de los años 50. Para la explotación de Toquepala solicitó 340 litros por segundo. A mediados de los 70 amplió el derecho a las aguas subterráneas de Huaytire y Suches. Y en la actualidad puede disponer hasta de 1950 litros por segundo de aguas dulces. El tiempo transcurrido justifica una revisión de licencias de uso.