En el norte y sur del país, el narcotráfico mueve sus tentáculos para impedir que la minería formal se desarrolle, advirtió el investigador Miguel Santillana.Explicó que Piura, Cajamarca, Puno y Apurímac están en la mira, porque a los traficantes no les conviene que el Estado llegue a las zonas alejadas de esas regiones, que les sirve de paso para el transporte de la cocaína hacia el exterior."El desarrollo de una empresa minera en una determinada localidad significará cambios en el modo de vida de esta. Habrá actividades comerciales, carreteras y mayor presencia policial, algo que no quieren los narcos", declaró a Gestión.El domingo pasado, el ministro de Energía y Minas, Jorge Merino, alertó que el narcotráfico obstaculiza el despliegue de proyectos mineros en algunas zonas del país.Santillana detalló que en Piura, los narcotraficantes no quieren el desarrollo del proyecto Río Blanco Copper."En Jaén, Chota y Cutervo hay cultivos de hojas de coca sobre el río Marañón, hay bandas de narcotraficantes establecidas", subrayó.