Y Santos se quitó la careta. El presidente regional de Cajamarca, que se pinta como ambientalista, que supuestamente busca proteger el agua para su pueblo y que no permitirá la minería contaminante en su región, el viernes, durante el cierre de la denominada marcha del agua, afirmó, sin rubor, que esta acción fue eminentemente política.Dejó en claro, además, que la movilización estuvo motivada para que el millonario proyecto minero Conga se frustre definitivamente.La ‘plataforma’ de la marcha exigía considerar el acceso al agua un derecho humano en la Constitución, prohibir la minería en cabeceras de cuenca y glaciares, restringir la minería que use cianuro y mercurio, y dar legitimidad a la ordenanza regional que declara inviable Conga. Lo último está en manos del Tribunal Constitucional, pues esta ordenanza usurpa funciones del Ejecutivo y es ilegal. Lo que se oyó el viernes en el mitin de cierre fue el discurso político del presidente regional. El verdadero Santos salió a relucir pidiendo "un programa de nuevo país, con una nueva Constitución y un nuevo Congreso".¿Esto es lo que realmente buscan Santos y sus colaboradores?. Nos preguntamos, entonces, si estas demandas son avaladas por los congresistas oficialistas Javier Diez Canseco, Claudia Coari, Jorge Rimarachín y Jaime Valencia, presentes el viernes en la Plaza San Martín.Con el fracaso de los grupos de izquierda que han sido dejados de lado por el presidente Ollanta Humala y sus más cercanos colaboradores, parece quedar claro que lo que quiere ese sector es otro personaje alrededor de quien aglutinarse.Santos pareciera ser la nueva esperanza de la vieja izquierda que apostó por la gran transformación de Humala, pero se encontró con el pragmatismo de un presidente que trata de hacer bien las cosas y que sabe que, con ideologías trasnochadas, el Perú no seguirá en la senda del desarrollo, afirma Diana Seminario Marón, Editora de Política del diario El Comercio. (Edición domingo). .