La decisión del gobierno de destrabar proyectos y reactivar la inversión privada en sectores claves de la economía como minería, hidrocarburos y energía, ha generado una reacción violentista de los grupos extremistas que se oponen a cualquier estrategia de desarrollo en las zonas altoandinas, donde se concentra la extrema pobreza, principal caldo de cultivo para imponer su ideología.Así, de acuerdo a fuentes de inteligencia, estos grupos extremistas seguirán camuflándose en la denominada "Marcha Nacional del Agua" que comenzó en Cajamarca y en varios puntos del país y que tiene el propósito de llegar a Lima entre el jueves y viernes de esta semana.La marcha, que se originó como una forma de presión al gobierno por el caso del proyecto Conga, ha ampliado su convocatoria y contaría con delegaciones que partirían de otros lugares, entre ellos Arequipa, Cusco, Junín, La Libertad, Loreto, Moquegua y Puno.