El Perú acaba de recibir una buena noticia y dos claras lecciones con los números dados a conocer por el Instituto Nacional de Estadística.La pobreza ha bajado en un 2,7% en cuatro años. Hemos avanzado, pues, en la que tiene que ser la primera prioridad de las naciones como la nuestra donde millones no pueden acceder a condiciones de vida dignas: la lucha contra la pobreza.Y todavía mejor: los avances se han dado allí donde tradicionalmente se han concentrado la pobreza y el olvido en el Perú: en las provincias.De lo sucedido en estas últimas, debemos aprender. Las provincias han crecido, principalmente, por inversiones privadas que, gracias a un marco económico y jurídico favorable, han podido asentarse en ellas para dedicarse a la agroexportación. De donde salen, por lo menos, dos lecciones: primero, que con las políticas adecuadas el Perú sí puede salir de la postración económica y tener, como hoy ya tiene más de una provincia, empleo completo; y, por último, que nuestras exportaciones tienen un potencial enorme para hacernos crecer y que, consiguientemente, la entrada a un mercado 180 veces más grande que el nuestro, como la supondría la firma del TLC, está entre las mejoras nuevas que podemos tener.Solo nos queda esperar, entonces, que, con la misma intensidad con que celebremos la buena noticia, aprendamos todos, y sobre todo nuestros políticos, las dos muy concretas pero importantes lecciones que ellas conllevan.