Eike Batista está al mando de uno de los conglomerados industriales más expansivos del mundo, que abarca desde petróleo y minería hasta entretenimiento y productos de belleza. Es el hombre más rico de Brasil. Y ahora busca tener la mayor fortuna del mundo, lo que lo llevaría a destronar al multimillonario mexicano Carlos Slim. La potencia mundial no tiene un nivel de ambición industrial de esta magnitud desde el siglo XIX, cuando el banquero Irineu Evangelista de Sousa construyó el primer tren del país, creó una flota de barcos de vapor en el Amazonas y conectó Sudamérica y Europa con un cable telegráfico submarino. Desde entonces, Brasil evolucionó desde un estado esclavista adicto al capital extranjero hasta ser una fuerza emergente global.