Quienes han elaborado el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto minero Conga afirman que con el trasvase de aguas de las lagunas naturales hacia reservorios artificiales no se perjudicará a los pobladores de la zona ni a las aves que viven en ese ecosistema, porque estas irán en busca del nuevo depósito del líquido.Es que el debate en torno al proyecto de la empresa minera Yanacocha se centra en el problema del agua. Quienes están en contra de la explotación dicen que si se da luz verde a este proyecto se afectará las cuencas de Alto Jadibamba, Chirimayo, Chugurmayo, Chaigualgón y Toromacho ubicadas en las provincias de Celendín, Hualgayoc y Bambamarca. En estas se encuentran las lagunas Azul, Chica, Perol y Mala, debajo de cuyas superficies se halla el codiciado yacimiento de oro y cobre.Frente a los cuestionamientos de los que se oponen al proyecto minero y el trasvase de aguas de las lagunas a reservorios, el ingeniero mecánico y consultor ambiental Roberto Parra señala que no hay ningún sustento técnico serio. Parra participó en el Estudio de Impacto Ambiental de Conga realizado por la consultora internacional Knight Piesold. Argumenta que sí es posible hacer minería en las cabeceras de cuenca. Según los estudios realizados, las cuatro lagunas que involucran el proyecto tienen una capacidad de 1,4 millones de metros cúbicos -que se llenan con aguas de lluvias y escorrentías-, pero con los tres reservorios a ser construidos la capacidad se incrementará a 3,2 millones de metros cúbicos, lo que beneficiará a los pobladores para sus diferentes actividades productivas.(Edición domingo).