A inicios de noviembre, en una cumbre presidencial en Montevideo (Uruguay), se anunció que el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin) obtuvo la medalla de plata del Premio Iberoamericano a la Calidad. Es una de las pocas organizaciones que han obtenido tal reconocimiento usualmente reservado a empresas privadas. Con la autoridad del caso, Alfredo Dammert, presidente de esta entidad, indica lo que requieren las organizaciones públicas para tener un sistema de gestión eficiente, pero más aun advierte aspectos sustanciales que se descuidarían en la fiscalización minera. En los últimos meses el Congreso les ha quitado la fiscalización de la seguridad de las instalaciones y de los trabajadores mineros y se la ha dado al Ministerio de Trabajo. ¿Por qué?La idea, supongo, es proteger a los trabajadores mineros; sin embargo, al Ministerio de Trabajo le ha llegado la ley de la noche a la mañana. No estaban preparados, no tienen los recursos ni el departamento adecuado para hacerlo, ni siquiera ha podido desarrollar un programa para este tema. Si el Ministerio de Trabajo no tiene los recursos y Osinergmin ha dejado de fiscalizar al sector. ¿Quién lo hace?No se está haciendo fiscalización. Si vamos a una minera, nos botan porque dicen ustedes ya no tienen la función ni podemos sancionar. No se trata solo de supervisión de seguridad del personal, sino hay que supervisar el aire dentro de las minas, los relaves mineros, las estructuras subterráneas de las minas y las prácticas generales de entrenamiento en seguridad a los trabajadores. Todo eso es un procedimiento que toma mínimo un año implementarlo cuando está bien hecho y hay presupuesto; pero como el Ministerio de Trabajo no está preparado, desde agosto no hay nadie que vaya a la mina. Hay muchos políticos que piensan que con la ley se resuelve el problema y no es así.(Edición sábado).