Pese a los intentos del Gobierno por frenar la ola de protestas, la problemática minera continuaba agravándose en el Perú, con el anuncio de radicalización de medidas y con movilizaciones populares en contra de proyectos de exploración y explotación como en Cajamarca.En las provincias de Huari y Recuay, en Áncash, donde el jueves se inició una huelga de 48 horas, los dirigentes decidieron suspender la medida debido a que se instaló una mesa de diálogo en la que se debe resolver sus demandas antimineras. Sin embargo, a pesar de la promesa de que la manifestación sería pacífica, integrantes de los centros de Chiptas, Carhuayoc, Ayash, Juprog y Huantayoc no descartaban la posibilidad de tomar el edificio de la empresa minera.(Edición sábado).