EN DEFENSA DE LA BIODIVERSIDAD
14 de noviembre de 2011

Desde hace unos años, la persecución de la minería informal en Madre de Dios se había convertido en una lucha que podría graficarse como la de David contra Goliat. Parecía no tener final. La Selva se desangra entre aguas marrones y malolientes debido al uso de dragas­ una embarcación utilizada para excavar material debajo del nivel del agua, y elevar el material extraído hasta la superficie-. Estas embarcaciones extraen el oro removiendo enormes cantidades de material de las riberas y del fondo de los ríos y los devuelven a su cauce, pero contaminados con mercurio.De acuerdo con el estudio Minería Aurífera en Madre de Dios y Contaminación con Mercurio, una bomba de tiempo (2011), elaborado por el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) y el Ministerio del Ambiente, hasta fines del 2009 se calculaba que en la región operaban 14 de esas dragas, además de 140 de las llamadas balsas dragas (plancha de madera sobre dos canoas), que aunque de menor tamaño operan de forma similar. Para mayo del 2010, se estimó entre 250 y 300 embarcaciones. La mayor parte trabajaba informalmente, sin ningún tipo de autorización.El mismo estudio revela que la minería aurífera destruyó al menos 18 mil hectáreas de bosques en Madre de Dios y cada año suma unas 400 hectáreas más.

  • [El Peruano,Pág. 12-13]
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