Tras casi dos horas y media de viaje desde Cajamarca, llegamos a uno de los puntos más críticos del proyecto: la gigantesca laguna Perol, quizá la más grande de las cuatro que serán secadas para dar paso al proyecto minero.La laguna es el corazón del proyecto, debajo de esta se ubicará uno de los dos tajos que tendrá la mina. Al costado de la laguna hay cerca de dos kilómetros cuadrados de bofedales, el paisaje es típico de las alturas: vientos fuertes, ichu por doquier y el peso de la falta de oxígeno en la respiración. Es difícil reemplazar la imagen de esta laguna con otra de un inmenso hoyo gris, sin tener algún remordimiento. Por ello, la pregunta hecha en ese momento podría no ser objetiva: ¿vale la pena desarrollar el proyecto minero en esta zona?Minera Yanacocha ha intentado demostrar que sí. Sus cifras para todos aquellos que creen que la minería es el vehículo más rápido para generar riqueza en el país son espectaculares: US$4.800 millones de inversión, US$4.076 millones de ingresos al fisco, 6.000 empleos durante su construcción y, sobre todo, la creación de infraestructura para duplicar el almacenamiento de agua que hoy proveen las cuatro lagunas que se secarán y que serán reemplazadas por tres reservorios. Sin embargo, esto podría no ser suficiente. La decisión que se tome respecto a Conga podría ser emblemática y afectar a futuros proyectos que están en Cajamarca. El presidente regional, Gregorio Santos, ha indicado que ya no permitirán el desarrollo de proyectos mineros en cabeceras de cuenca. Sin embargo se sabe que la mayoría de ellos se encuentra en estas áreas. Así, podrían estar en riesgo proyectos como Galeno (de Minmetals) y Michiquillay (de Anglo American) que son vecinos de Conga y que también serán fuentes de ingresos económicos para Cajamarca. Solo para el caso del distrito de La Encañada, se estima que recibirá S/.9.000 millones en ingresos por la operación de estos proyectos que se desarrollarán dentro de sus linderos.