LA MINA GALLEGA QUE SE TRANSFORMÓ EN UNA ZONA DE CONSERVACIÓN AMBIENTAL
7 de noviembre de 2011

Los ciervos pacen tranquilos entre senderos poblados por abetos y otros árboles propios de la región. Las aves alzan repentino vuelo desde los pastizales, por donde corren las ardillas. A la distancia se distingue un extenso lago. Los expertos han detectado que en esta zona de La Coruña, Galicia, España, habitan al menos 180 especies de fauna; hasta especies en peligro de extinción como la nutria han encontrado un espacio para sobrevivir. El lugar alberga mayor biodiversidad que el parque natural de las Fragas do Eume o el área de humedales de A Frouxeira, también en Galicia. Esto no tendría nada de particular si no fuera porque estamos en As Pontes, lo que hasta hace cuatro años era una mina en proceso de jubilación, una mina a tajo abierto en vías de ser clausurada porque se agotó el recurso que ofrecía (el lignito, un tipo de carbón fosilizado) que abastecía a una cercana planta termoeléctrica, la más grande de España. Pudo haber quedado una herida abierta, una cicatriz en el paisaje, pero no. El funeral de la mina estuvo planificado, y hoy se ve la vida renacer en lo que fue el terreno estéril.