El crecimiento de la economía peruana registrado volvió a colocarse por encima de lo estimado por los actores económicos: 7,49% cuando se calculaba en no más del 7%. El resultado -el más alto desde abril- es producto de la recuperación en los sectores importantes, como construcción, comercio y pesca. Según los expertos, el Perú está en mejor posición para enfrentar un remezón económico semejante al que produjo la crisis del 2008-2009; pero tampoco se descartan consecuencias futuras si los vaivenes internacionales se extienden al sistema financiero y la recesión se prolonga. En el período mencionado la economía creció aunque a un menor ritmo. En un mundo globalizado e interconectado, corresponde que las economías emergentes se mantengan atentas a cualquier distorsión. Hoy dependemos más del Asia y en particular de China, que de Estados Unidos y Europa, pero estos mercados siguen estando entre nuestros más importantes socios comerciales; es más, el primero es el principal mercado de la manufactura de China. En términos económicos, no hay recetas para evitar una crisis global. Lo único que podemos hacer es impulsar la inversión pública, objetivo del segundo tramo del Plan de Estímulo Económico que lanzó hace dos días el gobierno, y atraer capitales privados al país. Estas medidas son tan importantes como las políticas públicas orientadas a promover una mayor inclusión social, para beneficio de todos. Desde el punto de vista político, es igualmente necesario que el Gobierno garantice la gobernabilidad, un clima de tranquilidad y acalle ciertos detonantes que solo elevan el ruido un buen clima interno que exige una economía en crecimiento.