La escasez de lluvias en la sierra durante el 2004 ocasionó que el sistema eléctrico enfrente ese año una de las peores crisis en su historia. La falta de agua hizo que algunas plantas hidroeléctricas (cuyo costo de producción es mínimo) dejen de operar y la energía eléctrica que consume el país sea generada por plantas térmicas a diésel, que elevaron excesivamente los costos de producción de la electricidad.Ante ese panorama, fueron varias las generadoras que decidieron no renovar sus contratos de energía con las distribuidoras eléctricas, despertando el fantasma de desabastecimiento y generando un enfrentamiento entre generadoras y distribuidoras, el mismo que aún no ha sido del todo zanjado.Mile Cacic, gerente general de Luz del Sur, señala que si se modifica la Ley de Concesiones Eléctricas (LCE) se pondrá claridad en el sistema. El Ejecutivo se encuentra preocupado porque hay un importante retraso en la aprobación de los cambios a la ley, y porque, lo que podría ser peor aún, no se soluciona el problema del abastecimiento de energía con algunos generadores.(Edición sábado).
- [El Comercio,Pág. B 2] /