INFRAESTRUCTURA: NO BASTA CON ANUNCIAR CIFRAS
12 de octubre de 2011

Los miles de millones de dólares o soles en inversiones en infraestructura que las autoridades suelen anunciar ya no despiertan el mismo interés en la opinión pública que hace algunos años. Quizás esta aparente indiferencia se deba a que pasa demasiado tiempo hasta que los proyectos se materializan (por ejemplo, el Metropolitano o el Tren Eléctrico) o que en muchos casos nunca se llevan a cabo. Lo cierto es que no basta con anunciar cifras astronómicas.Para empezar, es preocupante la ausencia de una respuesta rápida y eficaz en el accionar del Estado ante las apremiantes necesidades de infraestructura. Y este mal ha aquejado a los sucesivos gobiernos, que han estado más enfocados en solucionar problemas coyunturales que en planificar obras que reduzcan el modesto desempeño del Perú en este rubro en los rankings internacionales. Es por ello que la deficiente dotación de infraestructura es considerada una debilidad estructural del país y, por ende, uno de los obstáculos que impiden mejorar su competitividad.El gobierno de Ollanta Humala tiene el desafío de cambiar esa forma anticuada de entender las grandes inversiones y comenzar a mostrar un trabajo inteligente en este delicado asunto. A su favor, dispone de una cartera de proyectos -a cargo de ProInversión- que en su mayoría ya cuentan con estudios de viabilidad y que han sido incluidos entre los que se promoverán. El problema es que la agencia no ha explicado cómo llevará a cabo los correspondientes procesos de convocatoria y realización de las licitaciones. Otra fuente de proyectos es la Asociación para el Fomento de la Infraestructura Nacional (AFIN), que ha presentado al Gobierno estudios para la ejecución de obras por más de S/. 20,000 millones, pero que el presidente del Consejo de Ministros, Salomón Lerner, ha preferido no detallar. Se espera que la evaluación de estas propuestas no se vuelva eterna y que se les otorgue la importancia que se merecen. Esta necesidad es aun más grande en el caso de los proyectos que tienen impacto en las áreas rurales. Si hace diez o quince años ya se preveía que el crecimiento económico iba a verse frenado por el atraso en las inversiones en infraestructura, hoy ya no es posible seguirla postergando.

  • [Gestión,Pág. 18]
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