El Ministerio de Trabajo y la Comisión de Trabajo del Congreso quieren aprobar una Ley General del Trabajo (LGT) lo antes posible. Veamos lo que este proyecto de ley implica, revisemos la cruda realidad del empleo.Según la encuesta Enaho 2010, hay 15.7 millones de trabajadores: 13.2 millones informales (84%), sin derecho laboral alguno, y 2.5 millones formales (16%). En el sector privado, 3.2 millones de empresas son microempresas (84%) y 530,000 son empresas grandes y medianas (14%). Las microempresas generan 26% del producto y emplean 36% de los trabajadores, las empresas grandes y medianas generan 46% del producto y emplean 6% de los trabajadores. La LGT alcanza al 16% de los trabajadores, los formales, y al 14% de las empresas, las grandes y medianas. El número de micro y pequeñas empresas formales es ínfimo. En las microempresas el 98% de los trabajadores trabaja sin contrato.En el CNT discuten la LGT los trabajadores, representados por centrales sindicales que agrupan posiblemente 300,000 trabajadores, un 2 % de los trabajadores, y los empresarios, representados por gremios que agrupan posiblemente 2% de las empresas privadas, básicamente grandes empresas. Dos elites se reúnen en Lima con el Gobierno y discuten el futuro laboral de todos los peruanos, excluyendo más del 90% de los trabajadores.La LGT no tiene nada de "general". Sus beneficios, altos e irrealistas, constituyen una valla infranqueable que impide generar empleo formal. Poner 100 soles en el bolsillo de un trabajador cuesta 180 soles en la LGT, y 132 soles en la Ley Mypes. Si una microempresa crece y supera el número de trabajadores o ventas permitidas en la Ley Mypes, tendría que pagar planillas 36% más caras, cosa imposible. Esta formalidad elitista genera exclusión e informalidad.Habría que sustituir la excluyente LGT proyectada, por una nueva legislación laboral inclusiva, que amplíe las ventas anuales permitidas a las mypes, sin ponerle límite al número de trabajadores por empresa, y que extienda sus beneficios a todo nuevo puesto de trabajo creado en cualquier empresa de cualquier tamaño, respetando los derechos adquiridos por quienes laboran dentro de la actual LGT. La informalidad descendería, habría un boom de nuevo empleo formal. Se necesita una decisión política, señala Gonzalo Prialé, Presidente - Afin.