De retorno de Washington DC, luego de participar en la Reunión Anual del FMI y Banco Mundial, es importante conceptualizar la crisis mundial, que considero engloba cuatro crisis específicas. La primera, la crisis del crecimiento y desempleo, caracterizada por ritmos decrecimiento muy bajos en los países desarrollados y menos dinámicos en los países emergentes líderes, que conlleva alto desempleo, Estados Unidos (9.1%), Francia (9.9%), España (21.2%), Grecia (16%), India (10.8%).Se estima que la Unión Europea (UE) y Estados Unidos crecerán alrededor de 1% este año mientras Japón decrecerá; el mundo desarrollado que explica el 52.5% del PBI mundial enfrenta serias dificultades de crecimiento. Por su parte, en los BRIC, 28.7% del PBI mundial, China e India crecerán a tasa menor a la acostumbrada, 9% y 7%, respectivamente, mientras Brasil y Rusia entre 3-4%. En esta coyuntura, los BRIC no pueden asumir el liderazgo económico mundial ni evitar una recesión si los desarrollados no reaccionan.La segunda es la crisis de los bonos soberanos de los países de la UE, que incrementa el riesgo-país, fruto de la alta deuda pública generada, 93% del PBI en promedio, muy por encima del tope acordado (60%), con países como Grecia con 142.8% que sola no puede atenderla. El no dejar que este país entre en cesación de pagos por el efecto dominó que puede generar e imposible de atender si arrastra economías como la de España e Italia, obligó a comprometer recursos de la UE y el FMI que están resultando limitados para atender el problema y dar confianza, por lo que se busca incrementar la Facilidad (fondo) Europea de Estabilidad Financiera involucrando al reticente Banco Central de Europa (BCE), que proveería los recursos, decisión que exige la aprobación de los Parlamentos europeos, difícil de alcanzar pues es una medida peligrosa si los países de la UE no se comprometen seriamente a reducir sus déficits fiscales, causa directa del aumento de la deuda pública, dado que se estaría dando inicio a la "maquinita" vía el BCE con las consecuencias negativas que ello conlleva. Esto puede ameritar que la UE decida profundizar su proceso y sumarle a la "unión monetaria" la "unión fiscal", complejo pues los países perderían también el manejo de la política fiscal. La tercera crisis es la de Estados Unidos, que explica el 22% del PBI mundial, producto de sus altos y recurrentes déficits mellizos: fiscal y de balanza comercial, que han determinado una alta deuda pública respecto del PBI (104%). La solución es clara: reducir progresivamente el déficit fiscal; el problema es cómo y en qué tiempo, dado el lento crecimiento y alto desempleo. En este escenario se complica una política fiscal contracíclica y la monetaria ya tiene limitaciones; a ello se suma el ciclo político electoral de cara a las elecciones de noviembre del 2012. La cuarta crisis es la de las entidades financieras, en particular los bancos, que siguen muy expuestos y requieren significativos aportes de capital. En realidad, la crisis financiera del 2008-2009 no se resolvió, se atenuó y la situación puede agravarse si ingresamos a una abierta recesión.El 2012 viene muy incierto, panorama que puede extenderse al 2013; se requieren definiciones y decisiones al más alto nivel político, en el plano individual (países) y de conjunto (G20, UE, FMI). El tiempo, y la paciencia (múltiples huelgas y manifestaciones populares), se están acabando; la recesión está en el vestíbulo, para algunos ya ingresó, resta precisar su profundidad y duración, señala César Peñaranda,Director Ejecutivo - IEDEP - CCL.