En apariencia, y según lo había planteado la fiscalía, el prófugo ex presidente Alberto Fujimori y su ex ministro Jorge Camet eran responsables de los delitos de colusión desleal, abuso de autoridad, asociación ilícita para delinquir y malversación de fondos. Todo ello por haber adquirido entre 1994 y 1997 repuestos de helicópteros y de camiones a la empresa Mobotek, de Moshe Rostchild (vendedor de armas y amigo de Vladimiro Montesinos), a quien se le permitió mediante un forzado decreto supremo crear una filial en Panamá un año después de haber ganado la licitación por US$7'250.000. Además, se le aceptó que incrementara los precios de los repuestos, cuando ya tenía que proveerlos, y toda esa operación se realizó como secreto militar cuando no correspondía. En ese juicio fue comprendido el ex contralor Víctor Caso Lay por haber incumplido su función de control y por haber omitido denunciar el caso.Sin embargo, para la Sala Penal Especial de la Corte Suprema no hubo delito en la actuación de Fujimori y Camet, porque la ley permitía a una empresa operar con domicilio en el Perú como en el extranjero y, además, que sean consideradas secreto militar las compras de repuestos y accesorios para sus vehículos y porque el incremento del precio obedecía a variables cambiarias internacionales. Por esos motivos, el tribunal que preside el vocal César San Martín decidió absolver ayer tanto a Camet como a Fujimori. De paso, también exculpó a Caso Lay.