Como ya se veía venir, las comunidades indígenas de la provincia de Atalaya, en Ucayali, amenazaron con tomar las instalaciones de la planta del gas de Camisea si el gobierno no les concede las regalías que, según ellos, les corresponde por el paso de transportes del proyecto gasífero por su provincia. El presidente regional de Ucayali, Edwin Vásquez, denunció que miles de asháninkas, shipibos y otros nativos han lanzado un ultimátum: sólo hasta el 29 de octubre esperarán que Ucayali sea incluida en la redistribución del canon, antes de asaltar el campamento Malvinas, que alberga el proyecto Camisea. "Somos la única región afectada con la contaminación de ríos como el Urubamba, y pese a ello no recibimos ni un porcentaje. Me reuní con Toledo y prometió 12.5%, pero luego conversó con el ministro de Economía y me pidió tiempo. Pero son varios meses y nada", dijo Vásquez, justificando en buena cuenta el reclamo de su pueblo. Cabe precisar que hasta ayer 31 embarcaciones, que proveen al proyecto Camisea, se encontraban paralizadas y se han cerrado los accesos terrestres, fluviales y aéreos.