Es importante que el Congreso cambie su reglamento interno para regular la participación de los parlamentarios envueltos en conflictos de intereses. Se trata de una reacción positiva ante los escándalos de las últimas semanas protagonizados por congresistas, miembros de comisiones vinculadas con temas relacionados con sus actividades profesionales o intereses particulares. En congresos de otros países de la región, como Colombia, los conflictos de intereses son sancionados hasta con la pérdida de la investidura y los legisladores son llevados a juicio. En el Perú, como ha propuesto Cecilia Blondet, de Pro Ética, el siguiente paso debería ser cambiar el reglamento para crear mecanismos que permitan verificar la autenticidad de las declaraciones juradas que presentan los parlamentarios al inicio de su gestión, para determinar si están habilitados para participar en determinados grupos de trabajo. Esta información tiene que ser de acceso público para que la conozca la población y no solo la Comisión de Ética.