A través de sus dirigentes, unos 15 mil mineros artesanales de Apurímac solicitaron el apoyo del Ejecutivo para lograr su formalización. Según argumentaron, esta actividad es la única que les resulta rentable, considerando la agreste geografía de la mayor parte del territorio apurimeño, donde la agricultura y la ganadería son de subsistencia, y que la ayuda que reciben del Estado es escasa.