No hizo falta estudios ni sustentos, para que de un plumazo, el subsecretario de Minería de Chile, Pablo Wagner, demostrase que el nivel de competitividad del vecino país del sur en minería era mejor que el ofertado por el Perú, luego de que la administración Humala tomase la decisión de crear un nuevo impuesto a la minería. Así mencionó que sólo en carga tributaria, Chile ofrecía en promedio a los inversionistas un interesante 43%. De acuerdo a los últimos cálculos, la suma de todos los tributos y aportes mineros representan el 50% del fardo que tienen que cargar las empresas del sector en el Perú. Los críticos a la minería podrán decir que pese a esta diferencia, las empresas mineras no se irán del Perú. Es cierto, los inversionistas que apuestan por desarrollar proyectos en este sector miran su retorno en el largo plazo, y por ello pueden adecuarse a los nuevos temporales. Sin embargo, así como los que ya están en la cancha les resulta difícil salirse del juego, los nuevos inversionistas que buscan nuevos mercados verán al Perú con un país poco estable en su sistema tributario y encima muy oneroso, por lo que optarán jugar en otra ligas. ¿Quién pierde al final? Vamos a preguntarle nuevamente a Oblitas.