Ayer arrancó la trigésima Convención Minera, en la que tanto los representantes del gobierno central, regional y local, como los representantes de las empresas mineras sellaron una alianza para impulsar el desarrollo de proyectos mineros socialmente responsables, que en la actualidad alcanzan los US$ 50 mil millones, de acuerdo a la última información del Ministerio de Energía y Minas. Si bien puede haberse sellado sólo una alianza mediática, lo que exige la realidad es que si la administración Humala desea que el sector minero aporte más recursos al fisco, lo primero que debe de hacer es impulsar el desarrollo de más proyectos, porque es la única forma de garantizar más dinero para el fisco. Como lo hemos venido sosteniendo, la minería viene sufriendo la satanización de grupos que buscan detener su avance, argumentando una serie de desinformaciones y manipulando a dirigentes locales, que a su vez azuzan a las comunidades rurales. Por ello, resulta impostergable que el actual gobierno ejerza su liderazgo y siente en una mesa tanto a las autoridades del interior del país, representantes de las comunidades y como los los empresarios mineros para delinear un compromiso que apunte a desarrollar planes regionales, inclusivos y sostenibles. Como dice el refrán popular, "si quiere celeste, que le cueste".