Ante la crítica situación medioambiental de Madre de Dios, las juntas vecinales de seguridad ciudadana de los poblados rurales -además de realizar las actividades regulares de vigilancia- recibirán nuevas facultades para combatir los delitos ecológicos.Como explica Teófilo Cereceda, coordinador regional del proyecto de seguridad ciudadana, la vigilancia vecinal debe ejercerse de acuerdo al contexto donde se vive. "Las prioridades de las poblaciones campesinas son distintas a las urbanas. Nosotros necesitamos el apoyo de la población para controlar la contaminación y la invasión minera", señaló.La urgencia de esta medida radica en la escasa presencia policial en las zonas más conflictivas del departamento. Por ejemplo, todo el sector de La Pampa -donde se estima que hay 20 mil mineros informales- depende de la comisaría de Mazuko y sus 15 efectivos policiales.