El padre Marco Arana consideró que el proyecto Inambari, que comprende la construcción de una gran represa y la puesta en operación de una central hidroeléctrica, no debe ejecutarse, pues generará migraciones masivas forzadas de centros poblados y comunidades indígenas aledañas al área de influencia directa del embalse, con lo cual estallarían muchos conflictos sociales. Por ello, el también ambientalista se mostró a favor de revisar el acuerdo energético con Brasil.