TRABAJAR POR LA CONFIANZA Y ESTABLIDAD
14 de julio de 2011

El presidente Alan García ha destacado la solidez de la economía peruana y su confianza en que esta continuará creciendo durante el gobierno que liderará Ollanta Humala. Para García, el clima de confianza se recuperará cuando el nuevo presidente y su equipo entren en funciones. La situación económica actual es positiva. En el primer semestre del año, el PBI creció 7,5%, gracias al incremento de la demanda interna, las exportaciones y la recaudación tributaria. Es cierto que en las últimas semanas la inversión privada se ha retraído como resultado de la campaña electoral y por la expectativa de tener un panorama más claro en política económica. En el contexto de una impecable alternancia democrática, no caben mezquindades. Más allá de los errores y fallas del gobierno aprista -señalados por este Diario a lo largo de los últimos cinco años-, este deja fundamentos económicos sólidos. Pocos gobiernos han recibido la posta con indicadores macroeconómicos tan positivos: reservas internacionales netas de US$46.000 millones, crecimiento exportador cercano al 30%, aumento de la recaudación tributaria y del IGV de más de 20%, inflación de junio de 0,1% y reducción de la pobreza en un tercio. Se ha explicado, con argumentos técnicos, que el controvertido decreto de urgencia del MEF, al que se atribuye la desaceleración de la economía fue una medida para evitar un pico inflacionario y solo afectó una pequeña parte de la inversión estatal. Para los especialistas, la pelota está ahora en la cancha del nuevo gobierno que en apenas quince días tomará las riendas del país. Como todo régimen que recién empieza, ha de dar señales claras y trabajar para mantener, recuperar y promover la confianza de los inversionistas, nacionales y extranjeros. Están en compás de espera proyectos de inversión por US$15.000 millones. Una vez que sean conocidos los miembros del primer Gabinete y se confirmen los principios de la hoja de ruta que prioriza la economía social de mercado, con inclusión social, respeto a la propiedad, la competencia y un claro énfasis en la descentralización social y económica, la calma no tardará en volver. Especialmente porque con esa hoja de ruta, el presidente electo dejó atrás su plan inicial "La gran transformación", de corte estatista. Debe preservarse el clima de estabilidad democrática y de confianza económica para continuar el ciclo virtuoso que ha convertido a la economía peruana en modelo de estudio mundial.