El cura Arana, enemigo No 2 de la minería (el No 1 es un obispo, como corresponde jerárquicamente), debe haber tenido un ataque al hígado: el día tal 23 de setiembre, nada menos que en Cajamarca y en sus propios territorios de maniobras, acusaciones y atropellos, se aprobó en audiencia pública la consulta hecha a los campesinos y comuneros vecinos del proyecto minero de Cerro Cushuro, la antigua mina polimetálica que gerencia Javier Puga Cobián. Bajo la impecable dirección de los funcionarios de Energía y Minas fue presentado a los agricultores el Estudio de Impacto Ambiental, elaborado por especialistas para determinar los ocasionales daños que pudiera provocar la explotación de plata, cobre y oro en antiguos socavones coloniales -y, eventualmente, un diseminado de oro en explotación abierta-. especificando las correcciones y providencias que la empresa se compromete a instalar antes de iniciar sus operaciones de planta, tal como ordena la ley. La asamblea pública se cumplió en el caserío de Taulís Calquis. Decenas de agricultores y ganaderos cercanos a la concesión aprobaron el estudio. Como era previsible, las huestes del cura Arana, la OXFAM y demás ONG’s (financiadas con Dios sabe cuántos dineros británicos, holandeses o suecos) llegaron desde lugares distintos y distantes y trataron de participar en el acto, sin duda para traérselo abajo con las habituales y estúpidas acusaciones calumniosas de quienes están pagados para impedir la minería en el Perú. El Frente de Defensa de la Cuenca del río Zaña dice en un pintoresco comunicado: "La finalidad de nuestra reunión no es estar en contra de las inversiones nacionales o extranjeras, sino sostener una posición firme y decirles: que nuestra provincia y región no son aptas para la explotación minera, por ser aquí las nacientes de las aguas". (Es decir, ¿la minería no es apta en ninguna parte donde exista agua?). Decenas de campesinos, traídos de lejanos caseríos de los límites de San Miguel y ajenos al proyecto llegaron para ejercer sus derechos de mercenarios (seguramente bien remunerados) exigiendo que la audiencia pública se realizara en Taulís Playa y no en Taulís Calquis. ¿Por qué? Sencillamente porque sabían que los verdaderos vecinos del proyecto no tienen queja alguna, que están de acuerdo con la inversión minera, saben que ningún veneno contamina el agua, les interesa disponer de una fuente de trabajo y no las bendiciones del cura. Esta vez, el tiro les salió por la culata a los demagogos. Como era su obligación, las autoridades del ministerio rechazaron el cambio de escenario para la asamblea. Adivinando que allí les esperaba un rechazo total y el papelón de su vida, los mercenarios regresaron rabo entre piernas por donde habían venido. ¡Qué desperdicio de combustible! ¿Tendrán que dar cuenta a Londres y explicar que en Cajamarca también hay gente dispuesta a pararse firme y acabar con los abusos paralizantes? ¿Y si Londres desenchufa la mamadera?, señala Luis Rey de Castro en su columna "Torre de Papel".