No tienen mayor fundamento las quejas de los técnicos del próximo gobierno sobre el manejo económico de la administración que está saliendo. Las acusaciones sobre un frenazo que el Ministerio de Economía habría fabricado parecen una muestra de la paranoia que han desarrollado quienes están acostumbrados a ver conspiraciones por todos lados.Aunque lo que podría explicar ese comportamiento es que los eventuales encargados se están curando en salud y preparando el terreno para echarle la culpa al anterior gobierno cuando su gestión haya fracasado.En realidad, uno puede encontrar innumerables errores y omisiones en el gobierno que está terminando, pero el manejo económico ha sido adecuado. Nunca antes se ha realizado un cambio de mando con abundantes reservas fiscales y cuentas superavitarias en el Estado.Por ello, al iniciar su mandato, Humala no estará obligado a tener que aumentar abruptamente los impuestos o a realizar ajustes dramáticos al gasto, como ha sido usualmente el caso cada vez que cambia de manos el gobierno peruano.Por otro lado, de lo que sí estamos sufriendo durante los últimos tres meses es de una muy fuerte desaceleración de la inversión. El motivo es evidente: existe tremenda incertidumbre y preocupación por lo que pueda hacer el próximo gobierno, lo cual ha evaporado el entusiasmo que antes tenía el sector privado.Más aún, el próximo cambio de mando es inusual no solo por la solvencia fiscal que están heredando, sino porque es la primera vez que entra al poder un gobierno de izquierda cuyo planteamiento inicial era que todo estaba mal y que debería ser radicalmente transformado.Por eso, es difícil entender qué llevó a Humala a preferir viajes innecesarios en lugar de tratar de dar confianza y anunciar qué plan sería implementado, así como quiénes estarían a cargo evitando, de esa manera, que las expectativas empresariales se continuaran deteriorando.Incluso, aun al día de hoy, a dos semanas de su juramentación, no sabemos qué es lo que nos estaría esperando y, en lugar de aclarar las dudas, manda a sus técnicos a buscar pelea con la absurda acusación del frenazo.En todo caso, lo que llamó la atención fue la extrema molestia de su equipo con la sugerencia del actual ministro sobre el banquero que debería reemplazarlo en el cargo. Parece que eso les ha generado más preocupación que el revertir el pesimismo del empresariado, señala el director de Perú 21, Fritz Du Bois.