El cobre cerró ayer en alza por sexta sesión consecutiva y en su mayor nivel en más de dos meses, impulsado por preocupaciones sobre interrupciones en la oferta en Chile y por un repunte de los pedidos en las fábricas de Estados Unidos en mayo. El incremento de casi un 1% en los precios del cobre se sobrepuso al impacto bajista de un dólar más fuerte, el nerviosismo macroeconómico por la crisis de deuda en Europa y el potencial de un ajuste monetario en China, el mayor comprador del metal. Las expectativas de una oferta más ajustada y un resurgimiento de la demanda mundial en la segunda mitad del año apoyaron al metal. El cobre, usado en electricidad y construcción, está un 6% por debajo de un máximo histórico alcanzado en febrero. "El hecho de que subió tan violentamente como lo hizo la semana pasada pareciera que no quisiera ceder nada", dijo Dennis Gartman de The Gartman Letter. El cobre para entrega en tres meses en la Bolsa de Metales de Londres cerró en US$ 9,540 por tonelada, su mayor nivel desde fines de abril, frente a los US$ 9,455 del lunes. En Nueva York, el contrato para setiembre en la división de metales Comex subió 4.50 centavos, llegando a US$ 4.3475 por libra, operando en una banda de US$ 4.2825 a 4.3540.