El tema energético, a pesar de su crucial importancia, ha sido casi soslayado en la mayor parte de los planes de gobierno, lo cual conlleva a una comprensible preocupación respecto a puntos pendientes que dejará la actual administración a la que se inicia el 28 de julio. En un artículo (El Comercio, 21/2/11) advertíamos sobre el racionamiento eléctrico y gasífero al que estábamos expuestos. El BCR viene de confirmarlo en su última nota semanal. Señala que a mediados del 2012, y con mayor énfasis en el 2013, las principales ciudades del país correrían el riesgo de sufrir cortes de electricidad, por la escasa reserva eléctrica. Ello es a consecuencia de la falencia de grandes proyectos ingresantes al sistema, agravado al retraso en la ampliación del ducto de Camisea, lo que obliga a que por falta de gas las plantas térmicas operen al 60% de su capacidad, conceptos en los que con algunas variantes, coinciden tanto el Osinergmin como el COES (Gestión, 21/6/11). Hoy nos vemos obligados a importar electricidad del Ecuador, por lo que resulta inverosímil que mientras el mercado interno sufre estrecheces, la capacidad de transporte del ducto de Camisea y el suministro de gas para la exportación sigan incólumes. La masificación del gas continúa en pañales: a finales de junio habríamos llegado a 50.000 conexiones domiciliarias, modestísimas cifras a siete años de la llegada del gas a Lima-Callao, si se les compara con las de Bolivia donde ya pasaron las 170.000, o con las 5’700.000 de Colombia. Algo habrá que hacer para romper esta inercia. En tanto persiste el racionamiento de gas natural en Lima-Callao, en los yacimientos petroleros del noroeste persiste el masivo venteo o quemado gasífero, con la tácita anuencia del Osinergmin, Perú-Petro y el Organismo de Fiscalización y Evaluación Ambiental (OEFA). Contradicciones en un país de contrastes. Los gasoductos regionales demorarán buen tiempo, mientras habrá que apostar por los gasoductos virtuales (GNC y GNL). Continúan sin materializarse los decretos supremos 030 y 053-2010-EM encargados a Perú-Petro, respecto a las ínfimas regalías del gas exportado y sobre el lote 88 para el mercado interno. Los modestos hallazgos de reservas de hidrocarburos que satisfagan la demanda interna obligan a una reestructuración de aquella empresa. Está pendiente lo ordenado por la Ley 28840 (Modernización y fortalecimiento de Petro-Perú). Los lotes petroleros de Talara cuyas concesiones expirarán próximamente podrían adjudicarse a la petrolera estatal, y esta asociarse vía joint venture para cumplir el espíritu de la norma, más si recientemente tuvo que sacrificar el 50% de sus utilidades, como todas las empresas del Estado, para solventar el Fondo de Estabilización de Combustibles. Este no puede continuar sangrando masivos recursos fiscales para subsidiar indiscriminadamente, existiendo apremiantes necesidades sociales. Es urgente apostar por las energías renovables (hídrica, solar, eólica, etc.), y otorgarles todas las facilidades tributarias que les permita ser competitivas frente a las térmicas a gas.Requerimos de planeamiento energético, señala Aurelio Ochoa.