"Endeudarse en exceso puede ser dañino para su economía". Ese podría ser el eslogan de una campaña informativa acerca de los riesgos que se generan cuando las personas compran todo lo que pueden con el uso de tarjetas de crédito y préstamos de consumo. Lógicamente una campaña de ese tipo es una utopía, puesto que el sistema financiero apelaría a la libertad que tienen las personas para hacer con su dinero lo que les plazca (aunque se trate de dinero plástico).Lo cierto es que detrás de un sistema ordenado y bien supervisado a nivel macro, que incluso ha sido capaz de superar una crisis internacional de gran magnitud, se esconde un comportamiento crediticio desordenado, particularmente en los segmentos de consumo. Hay que destacar que la campanada de alerta la ha dado la propia banca y no las autoridades -que por lo visto en estos menesteres prefieren no entrometerse-, pues el llamado "carrusel" que existe en el pago de esas deudas podría terminar en un creciente e incontrolable sobreendeudamiento.También es notorio que dicha preocupación se haya hecho pública en una época del año particularmente dinámica para el sector comercial, que es el principal rubro de ventas al crédito: se acaba de iniciar la campaña por Fiestas Patrias. Si bien el sector empresarial se está mostrando muy cauto con sus expectativas en torno al nuevo gobierno, los consumidores parecen haber asimilado los resultados de la elección con mayor rapidez y estarían listos para seguir comprando.¿Podrá el sistema financiero evitar que el carrusel se convierta en una montaña rusa? Por lo pronto, se ha anunciado que se restringirá la disposición de efectivo en las tarjetas de crédito. Otras limitaciones tendrían que aplicarse a los créditos en efectivo que algunas entidades del sistema aprueban incluso para quienes no son sus clientes, así como a los incrementos de líneas de crédito que en muchos casos se efectúan de manera inconsulta. La enorme competencia que existe entre bancos, casas comerciales, tiendas por departamentos y otros establecimientos de ese tipo ha convertido la obtención de créditos de consumo y personales en un trámite rápido y fácil. Lo complicado podría surgir si no se actúa a tiempo. El problema es bastante serio.