Apenas unos minutos después de que 92 congresistas votaran a favor de su candidatura a la Defensoría del Pueblo, Beatriz Merino expresó a El Comercio su emoción y agradecimiento por lo que ella llama el "único cargo del Estado por el que late mi corazón". Esta confesión, tal como nos lo contó ayer por teléfono, desde Washington, se la había hecho a Lourdes Flores Nano el 10 de abril de 1996, cuando ambas eran congresistas de la República, mientras observaban, codo a codo, a Jorge Santistevan jurando como el primer defensor del Pueblo del Perú."Mi fascinación con este cargo --revela-- había comenzado años antes, cuando visité Suecia, cuna de las defensorías del pueblo, y comprobé que era una autoridad ética y moral realmente válida para la ciudadanía. Siempre miré este cargo con ilusión. Y creo que estoy en la edad y en el momento de mi vida en que debo trabajar en aquello en lo que tan claramente me siento a gusto".¿No será este el trampolín perfecto para la Presidencia en el 2011?Esta pregunta se la deben haber planteado algunos con un poco de suspicacia. Yo les respondo que esa idea ni siquiera ha pasado por mi mente. El solo pensarlo sería desvirtuar la función de la defensoría. Es probable que esa idea esté en la cabeza de algunos, pero de ninguna manera es eso lo que a mí me convoca. He aspirado a la defensoría porque ella implica soberanía, Estado y ciudadanía; en síntesis la defensa de los más indefensos.