LICENCIA E INCLUSIÓN SOCIAL
14 de junio de 2011

Los conflictos sociales se han agudizado en medio del presente proceso electoral. Parecería ser un trabajo calculado por una mano anónima que busca cobrar dividendos al final del proceso. El Estado debería anticiparse o por lo menos controlar estos conflictos. No es el caso. Nadie ha hecho la tarea más importante de este lustro que está a punto de terminar: integrar al país para trabajar por un mismo propósito. Esto se llama inclusión social. Nos hemos olvidado del poblador andino. Lo buscamos porque lo necesitamos y no porque nos necesita. No hay un programa serio de inclusión social. El poblador andino está cansado de que lo invadan y no respeten sus espacios. El oportunista está siempre listo a generar caos y obliga al campesino a poner su carta más importante sobre la mesa: la licencia social. Esto se traduce en conflicto social.Los conflictos sociales son numerosos e imposible de manejarlos simultáneamente. Puno puede ser el más sensible y por ello ahí estalla el conflicto que se manifiesta con el retiro de la licencia social para el desarrollo de proyectos mineros. Esto es solo un síntoma del problema. La tarea es a largo plazo e incluye a los actores del conflicto con soluciones conjuntas, sin la participación de terceros no identificados que se benefician del desorden. Pero ¿qué es licencia social? Es un proceso social que se inicia con la identificación, en este caso, de proyectos que requieran desarrollarse en zonas ocupadas por poblaciones oriundas. La autoridad política es la responsable de administrar el proceso, presentar a los protagonistas del potencial conflicto y definir los beneficios que la población recibirá a cambio de aquello que debe renunciar por ejecutar dicho proyecto. A partir de esto, se llega a acuerdos formales que deben ser respetados por las partes: población, empresa privada y Gobierno. Pero el Gobierno es una constante ausente. La empresa privada debe desarrollar estrategias que integren a la población como un aliado estratégico, para evitar su reacción y rechazo. Generado el conflicto, aparece el Estado solo para apagar incendios que tarde o temprano se repiten. No hay una política de Estado que atienda este problema. Esta es una tarea que el nuevo Gobierno debe priorizar. Hagamos lo correcto y continuemos con el desarrollo del país.

  • [Gestión,Pág. 30]
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