PRIMERAS TAREAS DESPUÉS DE LAS ELECCIONES
6 de junio de 2011

Terminada la campaña electoral, una de las más agresivas de los últimos años, es momento de ponerse a trabajar y dar confianza. Para empezar, es preciso que el ganador de la contienda y todo su equipo lideren un proceso que disipe las tensiones y reduzca la incertidumbre que ha estado afectando la coyuntura económica por sus propuestas. Esa tarea solo podrá ser exitosa si se actúa rápido, se evitan los triunfalismos y se interpretan con inteligencia los resultados que la votación ha arrojado.Habrá que emitir señales concertadoras, eso es claro. Pero también hay que calmar al mercado para que la inversión no se retraiga más de lo que ya lo ha estado haciendo y buscar encauzar las expectativas. Por ello, lo que se haga en estos pocos días será crucial para que la economía no se vea afectada dentro de unos meses, y un paso fundamental será anunciar, cuanto antes, quién se hará cargo de la Presidencia del Consejo de Ministros y del Ministerio de Economía y Finanzas.Sin embargo, no solo hay que preocuparse de las expectativas económicas sino también de las sociales. Los departamentos que tienen más población en situación de pobreza votaron por Ollanta Humala, mientras que aquellos que optaron por Keiko Fujimori son los que muestran mejores indicadores de ingreso. Habrá que buscar un punto de equilibrio entre lo que esperan del nuevo gobierno los habitantes de ambos grupos: unos, dejar de sentirse postergados por el Estado y otros, dejar de temer por la estabilidad que tanto esfuerzo les costó obtener.Ambos candidatos apelaron al descontento de esa población pobre, como siempre suele hacerse, pero confiamos en que esta vez sí se tenga en cuenta que el país no podrá avanzar hacia el desarrollo si millones de peruanos no confían en el modelo económico actual que no debe cambiar. Peor aún, no están convencidos de que la democracia es la única alternativa para que el progreso sea inclusivo. Las políticas asistencialistas han mostrado su lentitud para redistribuir la riqueza, de modo que ahora hay que pensar en medidas estructurales tales como el impulso de la calidad educativa o la ampliación de la cobertura de la salud.El Perú es una democracia joven y, por tanto, imperfecta. El reto es corregir esas imperfecciones. No hay tiempo que perder.

  • [Gestión,Pág. 30]
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