Hace unos meses, la mayoría de las noticias y de los artículos de opinión giraban alrededor del tema de la minería, del canon, y de las regalías. Gracias al debate público, y a pesar del financiamiento indirecto que a diferentes ONG locales les brindó la ONG transnacional Oxfam, hoy se sabe que las empresas mineras son las principales contribuyentes del Impuesto a la Renta en el Perú, y si a ello sumamos las discutidas regalías, son y serán en el mediano plazo la principal fuente de ingresos de los gobiernos regionales y locales (de su jurisdicción.) Sin ingresos económicos reales, sostenidos y sostenibles, la apresurada regionalización política decretada por este gobierno hubiera caminado al fracaso. No obstante, el hecho de contar hoy con enormes recursos económicos no proyectados les permite a las regiones (actualmente departamentos, y esperemos que luego del referéndum del 30 de octubre regiones) pensar seriamente en un impulso de desarrollo de largo aliento. Luego de que sea modificada la ley del canon, que hoy sólo permite invertir los recursos en infraestructura clásica (pistas, plazas, monumentos, ciclovías, cosos taurinos, palacios municipales, centros cívicos, etc.), podremos ver fluir parte de esos recursos en inversión productiva en las regiones: educación, capacitación técnica, talleres, riego tecnificado, agro empacadoras públicas o asociadas, puertos, etc. ¿Alguien ha calculado el valor presente del canon y de las regalías que le tocarán a las regiones de Cajamarca, Cusco, Moquegua y Tacna en los siguientes 15 años? Aun corriendo sensibilidades con variables conservadoras, mis cálculos son que la cifra es superior a los 3,500 millones de dólares. Esta es una excelente oportunidad para invertir productivamente con rentabilidad social; combatir y ganar (por alguna vez) la guerra contra la pobreza, y al mismo tiempo afirmar el proceso de regionalización que comienza a acomodarse (en el camino se acomoda la carga). Pero en el mundo económico global no basta generar oferta exportable desde las regiones. Hay que generar mercados a los que la misma llegue competitivamente. Y es por eso que, como política de Estado, el gobierno debe tratar de firmar en la siguiente década el máximo de acuerdos comerciales con todos los bloques del mundo. Con Europa, con Asia, con Estados Unidos, y con los países de la región. Y es por eso que así como financió campañas en contra de la generación de recursos para la descentralización productiva, ahora la transnacional Oxfam financia campañas para impedir que el Perú genere mercados para los nuevos productos y las nuevas fuentes de trabajo, principalmente en las regiones. Estos son los temas de futuro, de fondo, serios y trascendentales, que las campañas electorales de los diferentes partidos deberían estar tocando... esto es lo que verdaderamente le interesa y conviene al pueblo, y su ausencia en el debate -reemplazado por la cotidianidad de dimes y diretes- explicaría por qué "la calle" opina tan mal de políticos y partidos tradicionales. Si no fuese suficiente que esto es lo mejor para el Perú y su gente, los partidos deben pensar que el TLC con Estados Unidos le va a ser absolutamente fundamental al partido que gane las elecciones para poder gobernar con crecimiento, y como uno de ellos ganará de todas maneras, todos deben apoyarlo desde ahora. Tenemos una oportunidad de oro (cobre, molibdeno, estaño, y gas) para generar el despegue productivo del Perú, y afirmar su descentralización política... no la perdamos. Enfrentemos y desenmascaremos a los siervos locales de las transnacionales de la pobreza, señala el empresario José Chlimper.