LOS PESADOS LASTRES QUE ARRASTRA ESSALUD
31 de mayo de 2011

El argumento que el presidente ejecutivo del Seguro Social de Salud (Essalud), Félix Ortega, utiliza cada vez que el Congreso prorroga las exoneraciones a las gratificaciones no es muy convincente. Alertar que la medida generaría pérdidas a la entidad (S/. 700 millones este año) y luego evitar dar explicaciones acerca de gastos superfluos, e incluso grandes montos que no se invirtieron, no parece ser una posición coherente ni creíble.¿Qué está pasando en Essalud? Nadie parece saberlo. Pero haber dejado de invertir S/. 531 millones en los últimos dos años es una muestra de que la ineficiencia administrativa es uno de sus enormes problemas. Además de recordar que ese dinero ha revertido al fisco, hay que subrayar que en otros rubros la entidad no escatima gastos, como es el caso de la publicidad (S/. 13 millones en el 2010).Essalud es entonces un anunciante importante, pero su estrategia de comunicaciones se queda ahí, pues en temas como el acercamiento a sus grupos de interés mantiene el mismo perfil de siempre. Conseguir una cama de hospital es literalmente una odisea y reservar una cita, un martirio -sin mencionar una atención al público de muy baja calidad-. Teniendo en cuenta que entre sus stakeholders figuran 5 millones de trabajadores, es de suponer que su imagen no es de las mejores, por más que los spots televisivos muestren modernos hospitales y médicos sonrientes.No resulta complicado llegar a la conclusión de que Essalud necesita (y merece) una profunda reestructuración. Las demandas de los aportantes en ese sentido son comprensibles, pues se trata de las empresas que ante la apertura del mercado se han visto obligadas a mejorar sus operaciones y que constatan, perplejas, que el dinero que cada mes destinan al seguro social como parte de las remuneraciones que pagan a sus trabajadores es malgastado.Para empezar, si Essalud maneja recursos destinados a cubrir una necesidad básica, tendría que esperarse una gestión que esté a la altura de esa responsabilidad. Con tanto dinero por administrar, se requiere de profesionales libres de todo conflicto de interés, preparados y capaces de asumir ese desafío. Tal como está funcionando hoy, la institución sigue a la deriva, arrastrando un lastre muy pesado.

  • [Gestión,Pág. 30]
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